El fletero solidario: Viven en una casilla de chapa, con piso de tierra, sin luz, ni agua y se comprometió a ayudarlas

A partir de las necesidades que proliferan en la sociedad, también se hace visible la solidaridad
ciudadana con pequeños gestos que suman. En el caso de Jorge , su aporte significó mucho para
una familia que recibió su ayuda, pero que aún necesita de la colaboración de todos.

Jorge es el fletero pergaminense de Fletes y Transportes “Barba”, que la semana pasada fue
contactado para realizar una mudanza a una familia humilde que tuvo que abandonar su hogar,
debido a que ya no pueden pagar el alquiler.
Aceptó realizar el trabajo de manera voluntaria e incluso, se involucró en la situación al ver las
condiciones de la familia. “Cuando fui al domicilio, en Barrio Acevedo, me encuentro que vivía una
mujer grande, Graciela, con una hija, de 20 años, que está embarazada. Son ellas dos solas y se
tenían que ir para un ranchito que se hicieron por el 12 de Octubre”, explicó Jorge.                                                           “La casilla es realmente muy precaria y chiquita. Debe medir 2 por 2 metros. No tienen baño, no
tenían luz, no tenían agua y piso de tierra; todo de chapa”, continuó.
La realidad de ambas mujeres conmovió a Jorge, ya que precisó que “yo también pasé por esa
situación y hoy en día tengo mi pequeña empresa y ya no estoy pasando esa necesidad. Pero vi que
ella lo estaba pasando y eso me motivó a darles una mano”.
Por su trabajo, el fletero cuenta con muchos contactos en WhatsApp, a quienes les difundió la
situación de Graciela.
Con una fotografía de la casilla de chapa, Jorge describió la necesidad de las mujeres y ese mismo
día, “algunas personas me depositaron en mi cuenta algo de dinero y con eso fui y le compré todo
el material para la instalación de agua”.
Asimismo, agregó que “otra persona me llamó y me dijo que le iban a donar todos los materiales
para la casa. Me puse muy contento; fue una gran ilusión para mí y para esta mujer también”.
Sin embargo, esta persona se ha desentendido del caso y ninguno de los dos volvió a tener
novedades de la donación.
En este sentido, Jorge manifestó que “no me contestó más y quedó todo ahí. Es una desilusión”.
Pero esto no lo hizo desistir, ya que continúa colaborando con Graciela y está en búsqueda de más
colaboradores que estén dispuestos a aportar a la causa. “Estamos ayudándola con lo poco que
podemos. Mi mujer le consiguió frazadas y le llevó algo de mercadería también”, detalló.
Respecto a lo que le hace falta a Graciela, el fletero solidario explicó que “ella está necesitando todo
prácticamente. Le faltan materiales como ladrillos, arena y chapas, que es lo más básico para, por
lo menos, levantar paredes”. Y precisó que “se puede ayudar de muchas maneras, como abriendo
una cuenta en el corralón y que las personas directamente depositen ahí, lo que puedan”.
En cuanto a su motivación para continuar ayudando a Graciela, a su hija y a su futuro nieto, Jorge
sostuvo que “en el corazón siento que cuando alguien necesita y puedo dar una mano, la doy. Y más
al ver la forma en la que están viviendo ellas, me tocó mucho.
“Si bien uno no le puede solucionar la vida a nadie, por lo menos podemos ayudar para que vivan un
poquito mejor, que no sufran el frío” , remarcó

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FUENTE: http://www.primeraplana.com.ar/el-fletero-solidario-viven-en-una-casilla-de-chapa-con-piso-de-tierra-sin-luz-ni-agua-y-se-comprometio-a-ayudarlas/

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