Hay dos tipos principales de accidente cerebrovascular: Accidente cerebrovascular isquémico y Accidente cerebrovascular hemorrágico

Día mundial del Accidente cerebrovascular: ¿Cómo es vivir después de un ACV?

La fecha busca concientizar e informar sobre los peligros y las precauciones respecto a este drama. Nota al Pie dialogó sobre esta realidad con Luciana Plini, terapista ocupacional.

Cada 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Ataque Cerebrovascular (ACV). Esta fecha se destina a informar y concientizar acerca de esta enfermedad que puede ser mortal o discapacitante.

Alrededor de 80 millones de personas que viven en el mundo al día de hoy han sufrido un accidente cerebrovascular. Se estima, además, que en consecuencia, más de 50 millones de esos sobrevivientes viven con algún tipo de discapacidad permanente.

Un accidente cerebrovascular o ataque cerebral sucede cuando se detiene el flujo sanguíneo a parte del cerebro. Al no poder recibir el oxígeno y nutrientes que necesitan, las células cerebrales comienzan a morir en minutos.

Luciana Plini, terapista ocupacional, explica que luego de sufrir un ACV “en muchas personas se observa como secuela una hemiplejia o hemiparesia”.

Ella asegura que esto puede quitarles independencia dentro de “las tres grandes áreas de la ocupación humana”. Estas son el trabajo/educación, el automantenimiento y el esparcimiento.

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En CABA, solo el 60% de las personas saben cómo detectar un ACV y actuar en consecuencia. Crédito: Nota al Pie

Síntomas y factores de riesgo

Aunque el peligro de sufrir un ataque cerebral no puede eliminarse del todo, hay conductas a seguir que ayudan a disminuir la probabilidad de que eso pase.

Según la Organización Fleni, dentro de los síntomas se encuentran la aparición súbita de dificultades en la motricidad o en la sensibilidad, alteración del habla y problemas en la visión. Además, se manifiestan las pérdidas de la coordinación y/o equilibrio, alteración de capacidades cognitivas y fuertes dolores de cabeza.

También menciona los factores de riesgo, diferenciando los modificables de los no modificables. Dentro del primer grupo, se encuentran la hipertensión arterial (el más importante); tabaquismo, colesterol elevado, diabetes, arritmias, sedentarismo, obesidad, dieta inadecuada y consumo de drogas.

Por otro lado, en el segundo grupo se menciona la edad, el riesgo de sufrir un ACV se duplica cada década a partir de los 55 años. Además se tiene en cuenta la historia de ACV´s o infartos del corazón en familiares jóvenes y antecedente personal de ACV previo.

Rehabilitación post ACV

Además de concientizar sobre la prevención, es fundamental hablar del después de sufrir un ACV. Allí es donde la rehabilitación juega un rol fundamental. Al respecto, Plini asegura que “la rehabilitación estimula, recupera, aumenta y mejora todas las funciones perdidas a causa del ACV”.

A lo largo del mundo, 15 millones de personas sufren un ACV por año, de las cuales cinco millones mueren y un 30% queda con una discapacidad permanente. Crédito: Nota al Pie

Según sus palabras, vuelve a habilitar las funciones motoras finas y gruesas, cognitivas, psicológicas, sociales, y sensoriales. “Al restablecer las distintas funciones el paciente adquiere nuevamente autonomía en las distintas ocupaciones. Por ejemplo, en las actividades de la vida diaria, vestido, higiene y alimentación”, explica.

En relación a la tarea de acompañar esos procesos, la terapista explica que “no es fácil”. Además, enumera que “es importante que el paciente cuente con un buen equipo de rehabilitación con profesionales de diferentes áreas como kinesiología, fonoaudiología y terapia ocupacional, entre otras”.

Un  episodio  de  ACV  no  solo  cambia  la  vida  de  la  persona  que  la  padece,  sino  también la de  toda  su  familia  y  entorno quienes deben acompañar y adaptar sus hábitos.

“Es primordial que se sienta acompañado por él mismo y especialmente por la familia. Es un largo camino y la contención familiar es fundamental”, comenta.

ACV en cifras

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el Accidente Cerebrovascular (ACV) representa la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad en adultos en el mundo.

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Por medio del reconocimiento temprano de los signos y síntomas de un ACV y la búsqueda inmediata de atención médica, se pueden reducir considerablemente la mortalidad y la discapacidad a largo plazo. Crédito: Nota al Pie

En Argentina, se estima que una persona sufre un ACV cada cuatro minutos y que mueren alrededor de 20 mil personas por año. La organización ALPI calcula 270 casos por cada 100.000 habitantes.

Del mismo modo, asegura que 1 de cada 4 pacientes que sufre un ACV, llega a tiempo al hospital. Otro dato es que cada minuto que el paciente no recibe atención médica se pierden 2 millones de neuronas, cabe mencionar que el cerebro tiene aproximadamente 120 millones de neuronas.

Ley 24.314

En nuestro país, en 1994 fue sancionada la Ley 24.314 de Accesibilidad de Personas con Movilidad Reducida. Desde entonces, se amplió el enfoque para promover la accesibilidad para toda la diversidad de personas.

Esto tiene como objetivo implementar ciudades inclusivas sin barreras ni obstáculos que vulneren los derechos de la ciudadanía. La accesibilidad real facilitaría que las personas con discapacidad tengan autonomía.

Esto implica la independencia en la toma de decisiones y el control propio según las capacidades concretas. Y, además, la disponibilidad de cada uno, sin necesidad de ayuda o de la intervención de otra persona. Sin embargo, aún hay muchos lugares donde la ley no se cumple.

Según la OMS, la rehabilitación es una parte esencial de la cobertura sanitaria universal, junto con la promoción de la buena salud, la prevención de enfermedades, el tratamiento y los cuidados paliativos. Crédito: Nota al Pie

Accesibilidad y autonomía 

De acuerdo a lo que manifiesta la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, los gobiernos deben asegurar el acceso de las personas con discapacidad. Se debe garantizar la igualdad de condiciones tanto en el entorno físico, oomo en el transporte, la información y las comunicaciones.

En relación a ello, Luciana considera que “lo que falta es por un lado conocimiento e información sobre la discapacidad en general, sobre diferentes trastornos y afecciones”.

Y agrega que “por otro lado, creo que falta muchísima empatía, ponerse en el lugar del otro, pensar en el otro y ponerse por un ratito en sus zapatos. Y observar lo difícil que es para estas personas vivir en una sociedad con tantas barreras”.

Para ella “el concepto de accesibilidad en la sociedad es un tema complejo” y cree que falta mucho para lograr una ciudad accesible tanto en los espacios públicos como en privados.

“En muchos casos no sólo no existen espacios accesibles, sino que cuando los hay no se respetan”, explica y menciona el ejemplo de quienes estacionan frente a las rampas de accesibilidad.

“No hay conciencia de la problemática hasta que la discapacidad te sucede a vos o la vivencias de cerca a través de un familiar o conocido”, concluyó.

 

FUENTE: https://www.notaalpie.com.ar/2022/10/28/dia-mundial-del-accidente-cerebrovascular-como-es-vivir-despues-de-un-acv/