Julia Riera, la revelación del año: «Fue difícil porque nun apoyo»

Julia Riera conoce muy bien la cantidad de sacriFcios que debe hacer un tenista argentino para ascender y poder dedicarse al deporte de manera profesional.

La de nuestra ciudad, nacida en 2002 y actual 269o del ranking WTA, atraviesa el mejor momento de su carrera luego de haber tenido que superar varios obstáculos: peleó ante la falta de sponsors y, con el trabajo diario, se convirtió en una de las mejores jugadoras del país.

Para dimensionar el presente: viene de jugar la qualy del Argentina Open, el WTA 125 de Buenos Aires, y se clasiFcó al cuadro principal luego de derrotar 7-5 y 6-4 a la checa Sara Bejlek -174o, con 16 años-. La invitación a la qualy rindió sus frutos.

Riera es la revelación argentina de la temporada: comenzó el año 633o en el ranking y está a un partido de ser top 250, una zona que la dejaría muy cerca del acceso a las qualies de los Grand Slams.

Más allá del presente, la pergaminense llegó a hacer una rifa por una estadía en Merlo, San Luis, porque no tenía apoyo para jugar en el circuito. Fue en julio pasado, cuando ya formaba parte del equipo argentino de Billie Jean King Cup -la exFed Cup-.

“Fue un momento difícil porque nunca tuve apoyo. El año pasado lo conseguí y con el cambio de entrenador lo perdí. No sabía si iba a poder volver a viajar”, manifestó Riera, en diálogo con BATennis.

Por su condición de quinta mejor tenista del país -hoy ya es la número 4- el episodio de la colecta resulta inexplicable y expone la brutal falta de apoyo tanto del sector privado y como de la Asociación Argentina de Tenis (AAT). En este último caso por tratarse de una jugadora del equipo argentino.

Más allá de las trabas la pergaminense pudo viajar y consiguió su tercer título profesional en el W25 de Trieste. En la primera semana de esa gira, a su vez, perdió a su abuelo: “Me mantuve por el apoyo de mi familia”.

La jugadora entrenada por Juan Martín Aranguren expresó respecto de su actualidad tras el pase al cuadro en el Argentina Open: “Al principio estaba un poco apurada. Ella es muy viva para jugar, consistente, sabe adónde jugar cada bola; pero estuve prendida. Me sirvió mucho la derecha cruzada pesada, para meterme en la cancha. De revés no me tenía que apurar porque ella me jugaba alto por ese lado, pero creo que estuve bien porque le generé bastante ángulo y cuando defendía le jugaba al medio”.