Vitivinicultura: una nueva herramienta para medir la huella de agua y carbono

Investigadores del CONICET, en conjunto con la Corporación Vitivinícola Argentina, presentaron una calculadora clave para cuantificar los impactos ambientales de la producción de vino en el país.

En un importante avance para su industria, la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) presentaron la calculadora de huella de agua y carbono, una herramienta para cuantificar los impactos ambientales de la vitivinicultura en Argentina.

La herramienta consiste en un modelo de medición que cuantifica los posibles impactos ambientales de la producción de vino en términos de emisiones de gases de efecto invernadero y uso de recursos hídricos.

Además, para determinar la huella de carbono de la bodega, la calculadora tiene en cuenta distintos factores. Por ejemplo, la energía utilizada en el riego, la maquinaria, el transporte, los fertilizantes y pesticidas, entre otros.

De esta forma, se busca concientizar a la industria vitivinícola sobre su impacto en el medio ambiente y fomentar prácticas más sostenibles en la producción de vinos.

La iniciativa surge del proyecto “Vitivinicultura Sostenible 4.0”, financiado por el programa “Soluciona” de la Secretaría de Economía del Conocimiento del Ministerio de Economía de la Nación, que ha sido clave para el desarrollo. Esta herramienta ya la utilizan varias bodegas en Argentina y se espera que su uso se extienda a nivel internacional en el futuro cercano.

La herramienta fue presentada el miércoles en La Enoteca, donde se llevó a cabo un panel sobre Huellas Ambientales y Mercados. Crédito: CONICET.

Para reducir el impacto ambiental

La presentación, que fue transmitida por YouTube, se realizó en un evento en La Enoteca, en la ciudad de Mendoza, y contó con la participación de autoridades del CONICET, COVIAR y del Fondo Vitivinícola.

En el mismo se llevó a cabo un panel sobre Huellas Ambientales y Mercados para analizar las implicancias para las empresas y la vitivinicultura argentina desde una perspectiva económica, productiva, tecnológica y de cooperación multilateral.

Además, el evento contó con la presencia de representantes de varias bodegas del país, quienes aprendieron cómo utilizar la herramienta para medir y reducir su impacto ambiental.

En este sentido, el Dr. Nicolás Apro, del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), explicó que “la calculadora de huella de agua y carbono es una métrica que cuantifica los impactos ambientales de la producción de vinos, desde la siembra de la vid hasta la botella en el mercado”.

Según Apro, la herramienta se basa en un modelo de ciclo de vida que permite evaluar el impacto ambiental en términos de uso de agua, emisiones de gases de efecto invernadero y otros indicadores ambientales.

La calculadora es un modelo de medición que cuantifica los posibles impactos ambientales de la producción de vino y tiene en cuenta diversos factores. Crédito: COVIAR.

Producción de vino sostenible

La producción de vino en Argentina es una actividad clave para el país, que contribuye significativamente a su economía y a su imagen en el mundo. La industria vitivinícola argentina ha sido reconocida por la calidad de sus vinos, como así también por su capacidad de innovación y adaptación a los cambios del mercado.

Sin embargo, la producción de vino también tiene un impacto en el medio ambiente que debe ser abordado para garantizar la sustentabilidad de la industria a largo plazo.

En este sentido, durante el panel “Huellas ambientales y mercados: las implicancias para las empresas y la vitivinicultura argentina” se discutieron temas como la importancia de la medición de la huella de carbono en la vitivinicultura. A su vez, se habló sobre los desafíos que enfrentan las empresas en la implementación de prácticas más sostenibles y el papel del gobierno en la promoción de la sostenibilidad ambiental en el sector.

De él participaron Claudia Quini del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV); el investigador Ian Vázquez Rowe; el gerente regional de IRAM Nuevo CuyoGastón Olibano; y Cintia Hernández, de la Secretaría de Economía del Conocimiento de la Nación.

“La huella de carbono es un indicador que nos va a permitir trabajar de manera eficiente y eficaz en la mitigación de los efectos del cambio climático en la actividad vitivinícola”, señaló Claudia Quini.

Por su parte, Ian Vázquez Rowe, reconocido investigador especialista en análisis de ciclo de vida y huellas ambientales con amplia experiencia en el sector vitivinícola, destacó la importancia de esta herramienta, especialmente en el contexto del cambio climático.

“En un mundo que está en crisis climática, necesitamos que las empresas se involucren y se responsabilicen de sus impactos ambientales y que tomen acciones para reducirlos”, afirmó Vázquez Rowe.

ESCRITO POR: Aurora Julieta Gonzalez