América del Sur con los ojos en Brasil: Lula se impone y Argentina observa

En su regreso a la política como candidato presidencial, Luiz Inácio “Lula” Da Silva triunfó en las elecciones generales de Brasil ayer por la noche. Sin embargo, no le alcanzó para evitar el balotaje que se desarrollará el próximo 30 de octubre.

El candidato del Partido Dos Trabalhadores (PT) alcanzó el 48,43% de los votos, casi 58 millones; mientras que el actual presidente, Jair Bolsonaro, cosechó el 43,20%, poco más de 51 millones de votos.

Nota al Pie conversó sobre las perspectivas argentinas de acuerdo a la disputa brasilera con Jesús Escobar, referente del Movimiento Libres del Sur.

Lula consagra su regreso político, Bolsonaro su referencia

Luego de permanecer 580 días en prisión, Lula Da Silva demostró que sigue siendo un dirigente que expresa a las mayorías y cosechó un formidable 48% que lo coloca como favorito de cara al próximo balotaje.

De hecho, sumó más de 12 millones de votos con respecto a Fernando Haddad, su compañero del PT que compitió contra el actual presidente en 2018. No obstante, luego de una pobre gestión, los resultados del domingo también consolidan a Jair Bolsonaro como un formidable candidato y la clara expresión del “anti petismo”, espacio que estuvo huérfano por muchos años.

Si bien el desempeño de Lula fue muy contundente, muchas encuestas lo daban como ganador en la primera vuelta, situación que no sucedió. En ese sentido, Escobar subrayó que para comprender el resultado hay que tener en cuenta su resurrección política.

“Para valorar lo de hoy hay que recordar lo que estaba ocurriendo hace cuatro años. Era visto como si fuese un ser humano al que habían echado fuera de la política”, destacó el referente izquierdista. A su vez, indicó que ni en 2002 ni en 2006 había ganado en primera vuelta; en la primera ocasión contra José Serra y en la siguiente con su actual compañero de fórmula, Geraldo Alckmin, ambos del decadente PSDB.

Jesús Escobar reconoció la gran elección que hizo el metalúrgico, considerando que se impuso ante el actual presidente y tiene grandes condiciones para ratificar en el balotaje. Aún así, planteó que “hay que prestar atención a la falta de respuestas que tuvieron los gobiernos progresistas en las últimas dos décadas en la región, la consolidación de fuerzas de derecha”. En ese sentido, agregó que esa oleada mundial expresa, en parte, la falta de síntesis de las mayorías populares por parte de esos gobiernos.

LULA
Apenas asumió su gobierno, Alberto Fernández ratificó su apoyo a líderes populares como Lula y Evo Morales, tratando de rearticular el poder regional disperso. Créditos: El Cronista

Argentina toma nota y busca el apoyo de Lula

“Felicito a mi querido @LulaOficial por su triunfo en primera vuelta y hago llegar mi sincero respeto al pueblo de Brasil por su profunda expresión democrática”, tuiteó el presidente argentino apenas terminó el escrutinio el día domingo.

Lula venía de cuestionar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y confesar que tenía bajas expectativas de que el peronismo sea reelecto en 2023. Pero, al parecer, para el Frente de Todos el apoyo al dirigente del PT es una piedra fundamental de su estrategia regional para regresar a los procesos de integración regional como el Mercosur, la Celac y la Unasur, que Bolsonaro y otros dirigentes supieron revertir para disuadir el bloque latinoamericano.

“Al ser Brasil el principal socio comercial de nuestro país y socio mayoritario del Mercosur es importante tener una estrategia común frente a los Estados Unidos y otros bloques de países”, mencionó Escobar. También remarcó que lo que suceda tiene un impacto sustancial considerando la integración argentina a los BRICS. “Para profundizar ideas de solidaridad y soberanía y combatir la expansión de la ‘mano dura’, el machismo y la xenofobia, a Argentina le conviene la victoria de Lula”, dijo.

Proyecto continental de integración

Apenas se consagró como presidente en octubre de 2019, Alberto Fernándezcomenzó a desplegar un trabajo de alcance regional. El objetivo estaba puesto en volver a articular a los líderes populares y los movimientos nacionales para “poner de pie” a la región. En el marco de la campaña “Lula Livre”, se dirigió al Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil a pedir por la liberación de Lula.

En esa misma época, tomó la definición de otorgarle asilo en Argentina al ex presidente de Bolivia, Evo Morales; tras el golpe de Estado que derrocó a su gobierno en noviembre del mismo año.

Ese recorrido lo catapultó al liderazgo regional a la par de Álvaro Manuel López Obrador, el presidente de México, pero Fernández terminó de capitalizar esa referencia como conductor de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) a principios de 2022 a partir de la Presidencia Pro Témpore de Argentina.

LULA
Brasil tiene el desafío de reconstruir su poder regional pero también el internacional luego de un período de declive pero manteniendo una posición dominante. Créditos: eleconomista.com.ar

La proyección de Brasil

Brasil comparte fronteras con 10 de los 12 países del continente; es la economía más potente de América del Sur; tiene la población más grande y la extensión en superficie de mayor magnitud. Sin embargo, debe reconstruir su poder regional e internacional. En la actualidad no solo no conduce al bloque sudamericano, sino que perdió influencia en el tablero geopolítico.

Con su retiro de la Unasur, espacio donde había propiciado un ámbito para la respuesta regional coordinada en temas como defensa, infraestructura y salud; Brasil cedió su referencia y debilitó al continente. Asimismo, discutió a la par del Uruguay de Lacalle Pou el Arancel Externo Común (AEC) del Mercosur, favoreciendo las relaciones comerciales con China; la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN) o la Unión Europea (UE). También perdió peso específico con su declive económico: pasó de ser la sexta economía mundial en 2008 a ser la décima en 2014.

En perspectiva histórica, las tendencias actuales a una mayor regionalización indican que la unidad continental para tener un lugar protagónico en el concierto de naciones; proyectando poder geopolítico y ganando autonomía estratégica. En ese sentido, Escobar considera que con el triunfo de Lula se impondrá una agenda centrada en los intereses de los trabajadores “por su origen y la fuerza que promueve”.

Y, por el contrario, que la victoria de Bolsonaro no los beneficiará. Entre otros debates de acuerdo a la soberanía, mencionó que el actual presidente “ha dejado ver intenciones” de profundizar la privatización de sectores estratégicos del Estado brasileño, como por ejemplo algunos espacios de Petrobras.