La historia de la pergaminense que trabajó en el Mundial y “casi murió” en la final

En una final de infarto contra Francia, la Selección Argentina empezó ganando 2 a 0 con goles de Lionel Messi, de penal y Angel Di María, pero Kylian Mbappé empató el partido, a partir de los 79 minutos, con un par de tantos seguidos -uno también desde la pena máxima- que le dieron vuelta al partido, en un par de minutos fatídicos.

En el segundo tiempo añadido, Messi metió un gol agónico. Y poco después, Mbappé volvió a anotar, convirtiendo su segundo penal. Fue 3 a 3 en el tiempo global y a la deDnición por penales, donde Argentina ganó 4 a 2 y una vez más Emiliano “Dibu” Martínez fue la Dgura, mientras que Gonzalo Montiel selló la serie.

En el estadio Icónico de Lusail, con capacidad colmada para 88.966, había una pergaminense, que se instaló en Qatar a principios de julio ya que fue contratada por la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA).

Se desempeñó como gerente de Señalética y Aplicación de Marca del Mundial, a cargo de más de 70 sedes de entrenamiento, hoteles y ticketing. Pero más allá de la práctica laboral ayer vivió una de las experiencias más electrizantes de su vida.

“Fue lo mejor y lo peor al mismo tiempo; un vacío en la panza, un frío; un gritar ‘no’ y un gritar ‘si’. Te sentabas, pasaba algo y te parabas y pasaba otra cosa”, intentó explicar Ana Paula Re Giamé, de 33 años, especialista en Turismo y Hospitalidad y con un posgrado en Dirección de Empresas.

“También cantabas y de repente todo estaba en silencio. Un ida y vuelta entre los dos polos”, agregó a PRIMERA PLANA sobre la emocionante Dnal protagonizada entre Francia y Argentina, que Dnalizó con la obtención de la tercera copa del Mundo para la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

La profesional de nuestra ciudad, que estudio en la Universidad de la Marina Mercante y en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), luego de cursar en el

Instituto Comercial Gianelli, aDrmó que en el estadio “la gente estaba cómo que no sabía cómo manejar las emociones” porque “por un momento era una cosa y por otro, era otra distinta. Y casi muero”.

Ana Paula deDnió la histórica jornada de ayer como “una prueba gratuita del funcionamiento del corazón. Así que de mi sistema de cardiaco seguro estoy bien después de lo de hoy”. Y resumió que “fue una de felicidad inmensa”.

La pergaminense que también cumplió funciones por un intercambio en Indonesia, en KPMG y en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018, admitió que “cuando ganamos lloré una hora hasta que empezó la ceremonia. Y después seguí llorando”. Y concluyó: “Esto se le voy a contar a mis nietos”.