El impacto del aumento de precios en beneficiaries de programas sociales

Tras los diversos aumentos que viene sufriendo el país, el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi) lanzó un informe sobre los valores de los precios de los alimentos. A su vez, contraponen los montos de les beneficiaries de programas sociales que, actualmente, solo llegan a cubrir el 87% de la canasta de alimentos.

“En enero, una familia que contaba con Plan Potenciar, Asignación Universal por Hijo (AUH) y Tarjeta Alimentar cubría el 99% de su canasta de alimentos”, explica el informe. Pero diez meses después “solo se llega al 87%. Mientras tanto, el Gobierno ensaya iniciativas para reducir los incrementos que reciben y achicar la cantidad de hogares que los perciben”.

En ese sentido, según el relevamiento que realizó el instituto a 57 productos de la Canasta Básica de Alimentos (CBA), los precios de los alimentos en noviembre aumentaron un 4,17%. Si se compara el precio del kilo de pan, de octubre del 2021, donde costaba $140, pasó a $320 en octubre de este año.

Cabe destacar que, a lo largo de 2022, los productos de la CBA aumentaron un 94,42%. Tal es así que, una familia compuesta por dos adultos y dos menores de edad necesitó $139.737.74, en octubre, para no caer en la línea de la pobreza. Esto es un 9% más que en el mes de septiembre.

Una canasta con precios impensados

La Canasta Básica Total (CBT) contiene productos básicos de alimentos; salud, bienes y servicios; indumentaria y calzado; transporte; educación; vivienda, entre otras. Del total de los servicios de la CBT, en noviembre, y cubriendo los 30 días, se sumó $4.982.

El incremento en el 2022 fue de un 85,35%, dejando el monto final de la CBT en $139.324. El monto de les beneficiaries que perciben la Asignación Universal por Hijo (AUH), tiene un valor de $9795. La tarjeta Alimentar, hoy está en $9.000 para un hijo y $13.500 para dos. El programa Potenciar Trabajo pisa los $28.950.

Del total, $89.400 es el monto destinado para una familia tipo. Esos valores no llegan a cubrir la totalidad, tanto de la Canasta Básica como de la Total. A su vez, a casi una semana y media de Navidad y a dos de año nuevo, los salarios de los programas sociales quedaron muy por debajo.

Sumado a esto, en un mes tan complejo como lo es el de diciembre, el Ministerio de Desarrollo Social había tomado la decisión de no realizar el pago a más de 1.300.0000 de beneficiaries. Sin dudas, la maniobra para frenar la inflación de la mano de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) estuvo muy ligada a los salarios de los programas sociales.

En un contexto económico de ajuste y, donde la inflación mensual ronda entre un 6 y un 7%, desde el Ministerio incrementaron un 40% la tarjeta Alimentar. De la misma forma, el Potenciar Trabajo aumentó un 20%. El programa se encuentra vinculado al Salario Mínimo. En diciembre subirá un 7%, en enero un 6%, en febrero un 4% y, en marzo un 3%. Por su parte,  la AUH, aumentará a partir de diciembre un 15.9%.

Nota al Pie dialogó con Isaac Rudnik, director del ISEPCi, quien contó acerca de los precios de los alimentos y la canasta básica.

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Con una inflación mensual de entre el 6 y el 7%, son más las familias que les cuesta llegar tanto a fin de mes, como a adquirir alimentos básicos. Crédito: Norte.

¿Con la deuda al FMI y la inflación, desde el ISEPCi, cómo creen que esto afecta a les beneficiaries?

Hay que destacar que el Potenciar es un programa de transferencia de ingresos por parte del Estado. Un plan al que están adscritos casi un millón y medio de personas. Para acceder a él, debieron pasar por una serie de controles determinados por parte del Estado, como también, realizar algún tipo de contraprestación en diferentes áreas de la Economía Popular.

En octubre de este año, una familia que contaba con los ingresos del Potenciar más la Tarjeta Alimentar y una Asignación universal por Hijo podía cubrir el 87% del valor de la CBA.

La quita del Potenciar agrega una cuota de gran incertidumbre a esas familias que hoy ya no pueden ver cubiertas sus necesidades básicas alimentarias. No somos los únicos que alertamos sobre la situación acuciante por la que están atravesando los sectores que menos tienen. En ese sentido, no es menor que recientemente el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) haya dicho que sin el Potenciar habría una pobreza del 50% en Argentina.

Hoy, el Salario Mínimo Vital y Móvil es de $57.900, comparándolo con los $120.000 que una familia necesita, para no caer en la línea de indigencia. ¿Cuáles son los aspectos que visualizan desde la ISEPCI respecto a la compra de alimentos básicos e indispensables?

Según nuestro relevamiento de precios, en los comercios de cercanía de los barrios populares del Conurbano Bonaerense(IBP), una familia de dos personas adultas y dos pequeños menores, que en diciembre de 2021 necesitaba $31.849,95 para adquirir sus alimentos indispensables, en noviembre pasado precisó unos $30.000 más (+94,42%) para comprar los mismos productos.

El total de la CBA sumó entonces $61.922,21. Por lo tanto, las familias que no alcanzan a tener ese ingreso mensual a caer por debajo de la línea de indigencia.

Decimos esto porque ya no solo ocurre que se sustituyen marcas o productos de la Canasta Básica Total. Hoy directamente hay personas a las que, por más que trabajen, no les alcanza para comprar muchos productos de la CBA, porque su salario está por debajo de lo que valen los alimentos.

¿Cuál es la postura del Instituto frente a la falta de acceso a los alimentos más importantes que impacta en la alimentación de les niñes?

Hace un tiempito atrás, dimos a conocer los datos de nuestro Indicador Familiar de Acceso a Derechos (IFAD). De allí, surgieron datos contundentes. 7 de cada 10 hogares (el 70%) se encuentran en situación de inseguridad alimentaria.

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Faltan pocos días para las fiestas y aún no se conocen los precios de la canasta navideña. Crédito: La Voz.

Al respecto, se debe tener en consideración que la inseguridad alimentaria ocurre cuando las personas ven disminuida su capacidad de acceso a los alimentos. Operativamente, se define como “la reducción de las porciones y/o supresión involuntaria de comidas en el hogar”. En este sentido, un 64,3% de las familias relevadas ha tenido que reducir la cantidad de porciones durante las comidas por falta de dinero. Y el 62,8% ha tenido que suprimir una de las 4 comidas diarias.

En cuanto a las privaciones recientes de alimentos en el último mes, el 70% de las familias entrevistadas refiere, en términos generales, haberse privado de consumir carnes, verduras, frutas, cereales o legumbres por falta de dinero. Todo esto, sin dudas, afecta considerablemente a la salud y al buen desarrollo de nuestros pequeños.